QUÉ SE DICE

QUÉ SE DICE

Sorpresas.-  Todo el mundo está preguntándose qué tiene que ver la embajada de Estados Unidos en el país, cuya sede acaba de ser  piqueteada  por  un grupo de médicos y enfermeras, con la lucha del Colegio Médico Dominicano y el resto de gremios del sector salud por una mejoría sustancial de sus salarios,  pero antes de salir a buscar razones o sinrazones donde no los hay conviene recordar que el doctor Waldo Ariel Suero vaticinó “sorpresas” como parte de la radicalización de una lucha hasta ahora infructuosa. Lo más aconsejable será, entonces, que nos preparemos para las nuevas sorpresas que habrá de parir la mente calenturienta del presidente del CMD, de la que puede salir, prácticamente, cualquier cosa. Será otra forma de poner a prueba la paciencia (¿qué otra cosa puede hacerse desde la más absoluta impotencia?) de la ciudadanía, que será la que  termine  pagando (no se olviden de los hospitales sin médicos)   los platos rotos, mientras  el gobierno sigue enviando inconfundibles señales de que le da par de  tres lo que hagan o dejen de hacer los médicos.

 Qué rabia da.-  Que una mujer y un niño se encuentren a punto de morir afectados de rabia humana, y que esa situación sea consecuencia del descuido o la falta de atención hospitalaria oportuna y adecuada, dice todo lo que hace falta decir sobre nuestro sistema de salud pública, varado en el atraso y la ineficiencia sabrá Dios hasta cuándo. El secretario de Salud Pública, el doctor Bautista Rojas Gómez,  prometió sanciones drásticas en caso de comprobarse  negligencia de parte del personal del hospital de Barsequillo, en Haina, donde inicialmente fueron referidos tanto el niño como la mujer, pero la experiencia dice que esos gestos, por mejor intencionados que estén, no pasan del amaraco con el que se apuesta a la capacidad de olvido  gracias a la cual  los dominicanos hemos aprendido  a torear la dura realidad.

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