Qué se dice

<P>Qué se dice</P>

No es tan fácil.  Hay que suponer que la joven militancia peledeísta, ansiosa –como es natural– por una oportunidad para crecer política y partidariamente,   está alborozada  con el anuncio del expresidente Leonel Fernández de que a partir del Congreso Norge Botello que se celebrará próximamente creará una escuela de políticos que   fabricará presidentes,  senadores y diputados para que el PLD  pueda seguir gobernando el país mas allá del 2016  .

Sin embargo del dicho al hecho, como ya sabemos, hay siempre un gran trecho, sobre todo si quien habla es un político frío y calculador como el exmandatario, quien no solo ha gobernado durante tres períodos distintos sino que, durante ese lapso, se ha tomado la molestia  de crear las condiciones para seguir  gobernando por mucho tiempo más, lo que necesariamente significa que quienes vienen detrás –jóvenes o viejos– tendrán que esperar a que les llegue su turno si es que algún día les llega.

De eso puede dar sobrado testimonio el presidente Danilo Medina, quien no vio despejado el camino hacia el Palacio Nacional hasta que la prohibición  de la reelección consecutiva sacó al doctor Fernández momentáneamente (cuatro años pasan demasiado rápido) de la competencia por el  trofeo que parece haberse convertido en la razón de su existencia: la Presidencia de la República. Desde luego, si esa joven  militancia  quiere entretenerse con ese caramelo  creyéndose que la cosa es tan fácil, que los liderazgos partidarios son tan solo el producto de  una escuela de formación política, ese es su problema, pero la realidad interna del PLD, secuestrado –como los demás partidos– por una cúpula que se resiste a ceder  espacio a la sangre nueva, no aconseja  hacerse  muchas ilusiones para quienes no se llamen Leonel Fernández o Danilo Medina.

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