Dios los cría…- Finalmente, y tras una espera insólitamente larga hasta para los surrealistas parámetros de nuestras democracias tropicales, el músico Michel Martelly, cuya candidatura era en principio considerada una broma, fue declarado ganador de las elecciones presidenciales de Haití. Poco es lo que hay que decir sobre ese triunfo, obligados como estamos a esperar para ver de qué manera el atípico político intentará levantar a Haití de su postración, salvo señalar que, al igual que el hiperactivo y carismático músico que gobernará de aquel lado de la isla, la precandidatura del ex presidente Hipólito Mejía era considerada hace un par de años un chiste de mal gusto. ¿Llegará Papá hasta el Palacio Nacional? Es pronto para pronósticos, pero aquellos que tienen fe recuerdan, pensando en el inverosímil triunfo de Martelly, que Dios los cría y ellos se juntan…
En campaña.- Es evidente que el Procurador General de la República ha montado una campañita en favor de las modificaciones que sugiere a la ley sobre Lavado de Activos, que incluirían al Ministerio Público entres los beneficiarios de los bienes incautados a los narcotraficantes. Llevó de romería a los senadores, a los que mostró las maravillas del nuevo modelo penitenciario, sumó a su causa al obispo de La Altagracia, monseñor Nicanor Peña, quien a través de una nota de prensa de la Procuraduría dice estar de acuerdo con dotar de mayores recursos a la Procuraduría para hacer mas efectiva la lucha contra la criminalidad y fortalecer el sistema penitenciario, y por ahí viene más respaldo público. Sin embargo, el doctor Radhamés Jiménez no necesita condicionar a la opinión pública para imponer los cambios que sugiere a la ley de lavado en un congreso dominado por el oficialismo hasta la verguenza. Basta y sobra con aplicar una máxima que todos, desgraciadamente, hemos sufrido alguna vez: el poder es para usarlo