QUÉ SE DICE

QUÉ SE DICE

¿Se repite la historia?-  La DNCD no ha querido ofrecer muchos detalles –dizque  “para no entorpecer las investigaciones”– sobre el alijo de droga que, según todas las evidencias, fue introducido al país a través de playa  Sabana Ubero, en Paya,  donde el organismo antinarcóticos ocupó una lancha,  envases para almacenar gasolina, varios vehículos  especialmente acondicionados (les fueron removidos los asientos de los pasajeros) para el trasiego de la droga, por lo que guardan prisión  siete dominicanos, dos colombianos y un venezolano, pero no apareció ni un solo gramo de la cocaína que  presumiblemente llegó en el embarque, que algunos entendidos calculan en alrededor de dos mil kilos.

Tan importante, a partir de las evidencias recogidas  en el lugar de los hechos, parece haber sido el alijo, que la fiscalía de Baní solicitó medidas de coerción contra los sospechosos de haberlo introducido al país a pesar de que no posee el principal elemento probatorio contra los imputados,  léase  la droga “desaparecida”, que los investigadores de la  DNCD aseguran fue enviada  a Santiago.

No hay dudas de que el hermetismo conque el organismo antinarcóticos está manejando las investigaciones  obedece al hecho de que todavía se ignora dónde está la cocaína,  pues al igual que el alijo que provocó la ya célebre matanza de Paya, en la que murieron asesinados siete ciudadanos colombianos, a esta también parece habérsela tragado la tierra. ¿Podrán nuestras autoridades  lograr que un tribunal de justicia sancione a los sospechosos de introducir este nuevo alijo  sin   presentar el cuerpo del delito? El juicio que se seguirá a los acusados de perpetrar la matanza de Paya, que se inicia el próximo 14 de mayo, puede anticiparnos esa respuesta.

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