Qué se dice

Qué se dice

El ocaso de una estrella.-  Su enigmática y cínica sonrisa ya no deslumbra a los fotógrafos, ni sus curvas provocan vértigo, y ni hablar del glamour de los primeros días, auténticos días de fama y gloria, cuando Sobeida Félix Morel y la troupé de niños bien que se portaron mal  juntándose  y haciendo negocios con un narcotraficante eran el centro de atención de todo un país ávido de espectáculo y circo.

Pero el tiempo (el implacable) ha transcurrido inmisericordemente, y ya son visibles los  efectos del largo encierro en la Diva de Najayo, mustia su sonrisa y un triste recuerdo su glamour,  y ya empieza a notarse en su ánimo y su semblante el cansancio producto del ir y venir de audiencia  en audiencia, de reenvío en reenvío, atrapada y sin salida en las telarañas de un proceso judicial que no parece conducir a ninguna parte. Tal vez sea esa la razón por la que ha decidido negociar con el Ministerio Público, como se comenta con insistencia en los corrillos judiciales, en procura de conseguir, gracias a su colaboración con las autoridades, una suspensión de su condena y su puesta en libertad, que debe estar anhelando con desesperación. No será el final feliz con el que soñó alguna vez la joven y hermosa muchacha que salió de Gaspar Hernández a buscar fortuna, huyendo de las precariedades y estrecheces que acompañan siempre a la pobreza, pero teniendo en cuenta el lío en el que está metida y sus implicaciones sería algo así como sacarse la lotería, con la ventaja de que en su caso tuvo la suerte de   cobrar el premio mayor por adelantado. 

  

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