QUÉ SE DICE

QUÉ SE DICE

Indigencias inocultables.- Con un primer pago de 80 millones de pesos en abono a la deuda de la Secretaría de Educación con los suplidores del pan y los bizcochos que se sirven  en el desayuno escolar, que amenazaron con paralizar el suministro desde el martes próximo afectando a más de un millón 400 mil estudiantes del nivel primario, Melanio Paredes ha  sorteado con éxito su primer gran tropiezo al frente de la cartera.

En algún momento el funcionario trató de negar que la deuda con los suplidores fuera tan cuantiosa (200 millones de pesos), negándose a reconocer que los apremios económicos de los miembros de la Unión de Medianos y Pequeños Industriales de la Harina, que dicen haberse descapitalizado progresivamente a causa de los atrasos en los pagos, fueran tan grandes y tan urgentes como para trancarle el juego suspendiendo el suministro, pero terminó convenciéndose de que la cosa realmente iba en serio, por lo que a su vez convenció a  Tesorería de que le consiga recursos de donde sea para  impedir mayores trastornos al desayuno escolar. Las dificultades económicas por las que atraviesa el gobierno a causa de la caída dramática de las recaudaciones, sin perspectiva de mejoría en el futuro inmediato, empiezan a resultar  difíciles de ocultar.

Lástima que el secretario de Salud Pública, el doctor Bautista Rojas Gómez, no tenga las enllavaduras del secretario  de Educación con la gente de  Hacienda, pues hay un montón de hospitales, tanto aquí como en el interior del país,  que llevan hasta tres meses sin recibir la subvención, por lo que  sus directores y administradores  están, literalmente, haciendo malabares con los suplidores para mantener esos centros abastecidos de lo mínimamente necesario. ¡Y así quiere este parejero gobierno hacer la segunda línea del Metro!

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