Qué se dice

Qué se dice

 Farandulerías.- De entrada, una aclaración necesaria: esta no es una columna, como sugiere su título, de farándula ni para faranduleros, por lo menos esa no es la pretensión de quien la escribe, quien tampoco ignora que la vida pública dominicana a veces se parece demasiado a una chercha farandulera. Simplemente, hoy quiero seguirle la corriente al presidente de la DCND, el mayor general Rolando Rosado Mateo, quien no encontró otra forma de ocultar sus inocultables diferencias con la Procuraduría General de la República que calificando de farandulerías las publicaciones de los periódicos que se hicieron eco de esas discrepancias. ¿Podía algún periódico serio y responsable ignorar el reproche  público  del Procurador General  de la República al organismo antinarcóticos por la poca cantidad de droga incautada durante el pasado mes de febrero? ¿Podía un periódico serio y responsable ignorar que más rápido que inmediatamente  la DNCD respondió, a través de su vocero, calificando de complemente falsa la afirmación del máximo representante del Ministerio Público y exigiéndole que diga donde está la droga que sus agentes entregaron a los procuradores fiscales? Siempre he creído, y así lo he puesto por escrito muchas veces, que las autoridades de aquí y de todas partes  libran una lucha desigual contra el narcotráfico, que dispone de cuantiosos recursos para expandir sus redes de distribución  y una unidad de propósitos  que muchas veces  no tienen los Estados que deciden enfrentarlo. Las diferencias  entre la DCND y la Procuraduría, dos instituciones fundamentales para el combate del flagelo, debe ser causa de preocupación  para todos,  y por eso fue motivo de atención de los medios. Ignorarlas,  fingir que no existen o –peor todavía– reducirlas a farandulerías no resuelve el problema, además de que constituye un gesto tan inútil como –perdón por el gastado lugar común– pretender tapar el deslumbrante brillo del sol con tan solo un dedo.

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