CLAUDIO ACOSTA
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LA OTRA COMISION- El informe rendido por la Comisión de Santiago, como ya se le conoce, sobre el desfogue de la presa de Tavera, ha vuelto a poner sobre la mesa de discusión pública un tema muy incómodo para el gobierno, más que nada por sus conclusiones: hubo negligencia en el manejo del embalse, pero también ostensibles violaciones a los procedimientos que prescribe el manual diseñado para su operación.
Se ha criticado el hecho de que algunos de los integrantes de esa comisión emitieran juicios valorativos previos sobre la materia en cuestión y por lo tanto su objetividad está seriamente comprometida, también que sus integrantes no han tenido la oportunidad, probablemente por no ser la comisión oficial, de examinar todos los documentos relacionados con lo que sucedió esa fatídica noche ni realizar las consultas y entrevistas necesarias, pero independientemente de la validez o no de esas críticas la verdad es que desde el mismo día de la catástrofe la percepción que prevalece entre los santiagueros es de que hubo mal manejo del desfogue, que los daños, los muertos y la destrucción que dejó a su paso pudieron evitarse. Santiago es, después de ese informe, una plaza mucho más difícil de conquistar por el gobierno, que creyó que confiando la investigación a una multitudinaria comisión podría ganar tiempo, sepultar en el olvido y la impunidad un hecho que estará presente durante mucho tiempo en la doliente memoria de los santiagueros.
A DIOS ROGANDO…- Tanto se ha deteriorado el debate político en los últimos días que ha terminado por contaminarlo todo, incluídos aquellos que están supuestos a ser árbitros y moderadores del proceso electoral, como es el caso del doctor Julio César Castaños Guzmán, presidente de la JCE.. Preocupado por la virulencia que caracteriza el lenguaje de nuestros políticos, sobre todo a partir de los insultos dirigidos en las últimas horas por importantes funcionarios del gobierno contra el candidato presidencial del Partido Revolucionario Dominicano, el ingeniero Miguel Vargas Maldonado, el presidente del tribunal de comicios echó la mayor parte de la culpa a las agencias publicitarias, a las que comparó con cloacas por las que solo sale agua sucia.