Qué se dice

Qué se dice

No enviarán, como le habían prometido al FMI, la reforma tributaria al Congreso Nacional, pero tampoco taparán los hoyos de las calles, ni repararán los puentes dañados por las recientes inundaciones, sin dejar de mencionar que hace tiempo, mucho tiempo, se olvidaron de que los hospitales públicos necesitan recursos y medicinas para poder atender a los pacientes. Mientras tanto se escucha al padre Rogelio, desde su exilio en San Francisco de Macorís, quejarse a viva voz del abandono en que las autoridades han dejado a unas dos mil quinientas familias damnificadas en Villa Riva y Arenoso. Si a ese desolador panorama usted le agrega la crisis eléctrica de la que el gobierno se ha desentendido, tendrá que formularse, necesariamente, la misma pregunta que se está haciendo tanta gente: )serán estos los tiempos buenos que nos prometió Hipólito?

[b]Sucedió otra vez[/b]

Es la vieja, triste y dolorosa historia de siempre: cinco veces se querelló Berta Rivas, de 32 años, contra el sargento mayor de la Policía Nacional que la desnudó, golpeó y maltrató en plena calle, delante de todo el mundo, por problemas de celos. En esta oportunidad, gracias al cielo, la víctima está viva para contar la humillación sufrida, pero también para hablar de su impotencia ante la inacción cómplice de aquellos que están obligados a protegerla de su victimario, para quienes se trata, simplemente, de otro pleito mas entre marido y mujer. Ahora Berta tiene más miedo que antes, pues piensa que su agresor, en venganza por el castigo recibido por haberla maltratado y vejado, cumpla la promesa, que se ha trocado en verdadera amenaza, de arrebatarle la vida. Ya ha pasado otras veces, para escarnio de una sociedad que no ha podido dar respuesta al drama desgarrador de la violencia contra la mujer.

[b]Inequidades[/b]

A propósito de la decisión de distribuir, de manera más equitativa, los odiosos apagones, que las autoridades han ofrecido como paliativo a una crisis que hace rato tocó fondo, sería oportuno saber cuáles parámetros se utilizarán oara aplicar esa equidad. Si se tomará en cuenta, por ejemplo, el historial de pago de los usuarios, o si se seguirá privilegiando a los que no pagan, en nombre de un paternalismo estatal que, en nuestro caso, ya no resiste más remiendos. )Se medirá con la misma vara al malapaga y al cumplidor? )Se tomará en cuenta que el 70% de los usuarios del sistema eléctrico no puede pagar, ni podrá pagar nunca, los actuales precios del servicio? )Entre quienes se repartirá -equitativamente, por supuesto- las pérdidas en la transmisión de la energía, sea por mal estado de las redes o por los frecuentes fraudes de los usuarios? )Significa eso que, a partir de ahora, la pobre y sufrida clase media dejará de cargar con el mayor peso de la crisis? La Superintendencia de Electricidad tiene la palabra.

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