Qué se dice

Qué se dice

Hay que insistir, hasta más allá del cansancio si fuera necesario, en que la tragedia que asoló Jimaní ha dejado a prácticamente toda la región sur en estado de calamidad, con más de un ochenta por ciento de su producción agrícola echada a perder y su infraestructura vial y de riego -puentes, caminos, carreteras y canales- severamente dañada, hasta el punto de que todavía hay muchas comunidades inundadas y aisladas, sobre todo en Elías Piña y Barahona. Esa realidad la han vivido, en forma particularmente dolorosa, muchos sureños que en estos días han visitado a sus comunidades, desde donde han regresado con el ánimo en el suelo. Allí, según cuentan, escasea de todo, incluída la esperanza, pues al día de hoy ninguna autoridad gubernamental -ni de Obras Públicas, la secretaría de Agricultura o el INDRHI- los han visitado para evaluar el alcance de los daños o, simplemente, arrimarles un poco de consuelo en medio de tanta desgracia y desolación.

[b]Calderonadas[/b]

El licenciado Rafael Calderón se ha ganado, por méritos propios, que se le considere el funcionario más optimista que ha tenido el gobierno que culminará el próximo 16 de agosto, pero tal parece que se hará también acreedor, como una especie de bono extra, del que lo consagra como el de la cachaza más grande. Y no solo porque se atrevió a decir, en una típica calderonada (con perdón del improvisado neologismo), que el próximo gobierno heredará una situación económica bastante fácil de manejar, sino también por su reciente afirmación de que el problema eléctrico, que mantiene virtualmente apagado a todo el país, no será atendido financieramente por la actual administración, pues su solución es responsabilidad de las autoridades entrantes. Habrá quienes se nieguen, sin embargo, a reconocerle esos méritos al jovial y ocurrente funcionario, alegando que más que cachaza habría que hablar de otra cosa, solo que absolutamente impublicable. )Ustedes qué opinan?

[b]No le bajaron línea[/b]

El síndico Roberto Salcedo no quiere que se diga, ni de relajo, que el Partido de la Liberación Dominicana le ha «bajado línea» para actuar en un sentido u otro durante su gestión municipal, mucho menos en el caso del basurero que se vio obligado a improvisar en el Malecón, a la altura del kilómetro 12, y que actualmente está procediendo a retirar luego de que el vertedero de Duquesa, el único conque cuenta el ayuntamiento capitaleño para la disposición final de la basura, normalizara sus operaciones. Salcedo explicó a esta columna que siempre estuvo consciente de que ese no era el lugar adecuado para depositar la basura, pues se trató de una solución provisional para dar respuesta a una emergencia. Que quede claro, pues, que el síndico del Distrito Nacional no necesita que le bajen línea para cumplir con sus responsabilidades. Es cuanto.

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