Comedia de errores.- ¿Hay alguien que en verdad crea que fue idea del presidente Leonel Fernández posponer nuevamente la venta del 49% de las acciones de Refidomsa a Venezuela, en esta ocasión dizque para no entorpecer las celebraciones del bicentenario de la independencia de la nación sudamericana?
No es mi propósito cuestionar aquí la credibilidad de la Oficina de Prensa y Publicidad de la Presidencia, que ofreció la versión, o del propio mandatario, a quien recomiendo juzgar siempre por sus hechos, no por sus palabras, pero ha sido tan penoso el papel que le ha tocado desempeñar a las autoridades dominicanas en esa disparatada comedia de errores, tan poco digno su manejo ante las veleidades y bruscos cambios de humor político del coronel Hugo Chávez y su delirante Revolución Bolivariana, que ya solo queda espacio para el escepticismo y la desconfianza, además de que nadie está obligado a creer una explicación tan poco convincente que no resiste el menor cuestionamiento.
¿Por qué, si el viaje era tan solo para participar en los actos conmemorativos de la independencia, el presidente Fernández cargó con los miembros de la comisión que negocia la venta de Refidomsa con las autoridades venezolanas? Como pasa con toda comedia absurda y disparatada, nadie sabe en qué terminará todo este enredo, pero a estas alturas una cosa sí está clarísima: si seguimos p´lante con la peregrina idea de venderle al inestable comandante Chávez la mitad de la Refinería, en lugar de reir a carcajadas terminaremos llorando lágrimas de sangre.(¿O debería mejor decir, en aras de la precisión, lágrimas de petróleo?)