¿Por qué?.- Si el Gobierno no interpreta de la manera correcta el acto celebrado por la ADP en el Parque Independencia, donde su dirigencia expresó su rechazo al aumento del 20% anunciado por el Ministerio de Educación y la continuación de su lucha hasta que los inflexibles quieran, le esperan días muy difíciles a la educación pública dominicana. ¿Por qué rompió el gobierno, de manera unilateral, su diálogo con el gremio magisterial? Me he estado haciendo esa pregunta desde que la ADP y el resto del país fuimos sorprendidos con el comunicado en el que se anunció la mayor alza salarial realizada a los maestros en 15 años, pero todavía no encuentro una explicación lógica a una decisión que traerá las consecuencias que todos conocemos: un contundente plan de lucha y movilización, es decir huelgas y paralizaciones de docencia. Un amigo periodista me recordaba que el Gobierno también abandonó las discusiones sobre la reforma tributaria para finalmente imponer su criterio, por lo que podríamos estar ante la reiteración de un comportamiento que define otra característica distintiva del gobierno de Danilo Medina, como ya lo son sus viajes sorpresa a distintas comunidades del país: su poca paciencia para el diálogo y la negociación. También podría estar ocurriendo, le riposté, que Educación haya sobrevalorado los efectos de la campaña mediática con la que trató de deslegitimar el reclamo de los maestros, calculando que al sentirse aislados por el rechazo de la opinion pública aceptarían la imposición del aumento. Pero sean cuales sean las razones que motivaron al Ministerio de Educación a romper las negociaciones lo cierto es que ha puesto en pie de guerra a la ADP, que tampoco está tan sola como se pensaba, pues varias organizaciones de la sociedad civil han decidido acompañarlos en una lucha que sería traumática para el sistema de enseñanza pública, que en el año del 4% ya estrena su primera huelga general de maestros.