Hablar claro.- Muy elogiado ha sido el discurso pronunciado por Danilo Medina en Santiago, escenario escogido por el precandidato peledeísta para hacer el lanzamiento formal de sus aspiraciones presidenciales, con el que definió las que serían las líneas maestras de su gobierno y mantuvo su retórica de no confrontación frente a sus adversarios internos.
A quien les escribe, y por lo que veo a mucha gente también, le llamó particularmente la atención una breve frase de ese discurso, pronunciada con un énfasis y un tono imposibles de ignorar, pues pareció un compromiso asumido ante los peledeístas allí reunidos, pero también con el resto del país, que por razones obvias no podía ser ajeno a lo que allí ocurría : No robaré. ¿Se trata de la admisión implícita de que la corrupción es el gran talón de aquiles de las administraciones peledeístas? ¿O está enviando un mensaje claro y contundente a sus seguidores para que no se hagan falsas ilusiones con los dineros y recursos del Estado? No tengo razones para dudar de la honradez del precandidato peledeísta y espero no tenerlas nunca, pero al igual que cualquier ciudadano preocupado por la posibilidad de que Danilo Medina represente mas de lo mismo me hubiera gustado que hubiese sido más específico con un tema tan sensible.
Que dijera, por ejemplo, si al igual que el presidente Fernández se mantendría indiferente al vertiginoso proceso de acumulación de riquezas de tantos compañeros que andan por ahí haciendo ostentación de su salto dialéctico de la chancleta a la yipeta, o si permitirá que la justicia actúe contra los que han saqueado el erario acumulando fortunas inexplicables. Si es verdad que quiere marcar distancia de lo malo que ha hecho el gobierno, una estrategia necesaria si desea cortejar a un electorado no peledeísta que está muy desencantado, Danilo tendrá que hablar con mayor claridad y no solo de un tema tan delicado como el de la corrupción. Y atenerse a las consecuencias.