Qué se dice

Qué se dice

La inconstitucional práctica de espiar a los ciudadanos por la vía telefónica está tan extendida que las infraestructuras secretas que operan, recogen informaciones no sólo de personas prominentes sino también de gente del montón según comentarios escuchados en ciertos círculos. Con insistente descaro o con escaso disimulo, funcionarios del más alto nivel hacen ver al país que ellos penetran rutinariamente a la interioridad de familias, empresas, partidos, etcétera.[tend] Encumbradas figuras del oficialismo suelen hacerles ver a sus adversarios que sus vidas tienen pocos secretos y que cualquier detalle de su mundo personal puede ser puesto a la luz pública. En cualquier otro país, ese alarde de vocación para el atropello de la dignidad ajena causaría un escándalo y estremecería a la sociedad. Aquí no, vergonzosamente, lo que demuestra que el propósito político de envilecer las relaciones entre sectores de la sociedad ha ganado mucho terreno. Así las cosas, tonto es el que se pone a confiar en que en el futuro se procederá con formalidades y que toda incursión sobre las líneas telefónicas va a estar debidamente motivada y autorizada por un juez en función de un interés legítimo para el Estado. Seguirá siendo un recurso desmedido al servicio de la pasión política.

[b]Preferencia por el gas[/b]

Ciertamente que la mayor obligación del Estado, respecto del consumo del gas licuado de petróleo, es la de facilitar el acceso a este combustible de las capas sociales más bajas. Pero en sentido general, mucho conviene a la economía nacional y al ambiente que el GLP desplace de consumo a derivados del petróleo que son más costosos y contaminantes. Su limpia combustión y la forma eficiente de transportarlo de manera comprimida en buques y camiones cisterna, hacen del gas propano al carburante más favorable para el transporte, la industria y los usos domésticos. Una feliz demostración de las virtudes del gas es su reciente adopción por la compañía AES para obtener mucha electricidad a bajo costo y escasos efectos negativos para el ambiente, para lo cual creó un gigantesco almacén en Cabo Caucedo e instaló un gasoducto hasta Los Minas, innovación que debería trazar pauta para un creciente aprovechamiento del gas natural para obtener energía, por que su precio en los mercados internacionales es más rentable que los de otras fuentes térmicas. Y si hoy quedan bosques en República Dominicana, en parte se debe a que el carbón y la leña perdieron demanda ante el avance del gas propano.

[b]Salir bien[/b]

Hay que cruzar los dedos y rogar que los esfuerzos del gobierno por ordenar el mercado de dólares den el mejor de los resultados. Es necesario evitar que a las causas reales de elevación de la tasa de cambio, como ha sido la pérdida de confianza en la economía por la forma cuestionable de conducirla en el pasado, se agregue la especulación. No parece aconsejable, sin embargo, concentrar demasiado rigidez y fuerza en las medidas orientadas en contener el alza de la prima. Aún así, habría que esperar la reacción del mercado y ojalá que el tiempo dé la razón a las autoridades y que después de un par de semanas pueda decirse: lo lograron. Una detención o baja momentánea de la tasa no sería suficiente. Hay que suponer que el gobierno añadirá factores para estabilizar el canje de divisas con políticas que disminuyan la masa monetaria y que, valientemente, reduzca el costo que está teniendo para la economía la operación de salvamento de los bancos quebrados.

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