Qué se dice

Qué se dice

Reculando. –Cualquiera diría  que la Iglesia Católica, que tiene ojos y oídos en todas partes, empieza a tener dudas sobre la firmeza de los principios  en favor de la preservación de la vida de los señores asambleístas, que como políticos  que son cambian de opinión (o de intereses) con la misma facilidad conque cambian de dirección las veletas que señalan los  rumbos de los vientos, pues ha vuelto a la carga exhortándoles a que no se dejen  intimidar por los grupos locales y organismos internacionales que promueven el aborto,  manteniendo intacto, tal y como fue aprobado en primera lectura, el artículo 30 de la reforma constitucional que  garantiza el derecho a la vida desde la concepción.

Un insistente run run que circula en el Congreso señala  que  los más interesados en dar marcha atrás a lo aprobado son los peledeístas,  que según esos rumores han acordado  subsanar las diferencias surgidas en el bloque sacando el espinoso tema del aborto de la  reforma constitucional reservándolo, única y exclusivamente, al ámbito del Código Penal. El problema ahora es que  no aparece quien se atreva a  decírselo al tronante Cardenal.

¿Promover el empleo?- No es por fuñir la paciencia ni por buscarle la quinta pata al gato, pero cada vez que escucho o leo sobre la decisión de las autoridades de estimular, a través de exenciones fiscales, la industria de la construcción como forma de dinamizar la economía y crear, de manera rápida, cientos de miles de empleos, inevitablemente pienso en las estadísticas que andan por ahí, a disposición de todos los interesados, que indican que el 90% de los trabajadores de la industria de la construcción son haitianos que se encuentran en el país en condición de ilegales. ¿De qué empleos del carajo hablamos entonces?

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