QUÉ SE DICE

QUÉ SE DICE

Anadegas.-  La Asociación Nacional de Detallistas de Gasolina (ANADEGAS), que dejó sin efecto el paro “indefinido” que tenía programado  iniciar desde ayer, acaba de comprobar porqué los viejos de antes decían que la verdad es muy mala de ver. ¿Qué sentido tiene para un sector que dice estar sufriendo grandes pérdidas no solo por el descenso en sus ventas producto del encarecimiento de los combustibles sino también por la “competencia desleal” que constituye el susbsidio al gasoil que el gobierno concede a los transportistas cerrar  sus negocios en protesta porque  el gobierno no les permite, por estar prohibido por  las regulaciones vigentes, vender gas licuado de petroleo (GLP) a varios de sus miembros? Un vocero de los detallistas de gasolina explicó que el paro se suspendió la noche del miércoles luego de que un funcionario del gobierno, que no identificó,  se comunicara con sus directivos, y a lo mejor es verdad,  pero sea producto de una decisión de la propia ANADEGAS o debido a la milagrosa intervención de un todopoderoso funcionario lo cierto es que se trata de una protesta que, además de atentar contra los propios intereses de sus miembros,  constituye un desafío inaceptable al principio de autoridad ya que pretende forzar  al gobierno a que permita lo que las leyes  prohíben de manera expresa y por razones tan atendibles como la seguridad pública. ¿Usted se imagina lo que pasaría en este país si cada sector que ve afectado sus intereses dedide hacerlos valer por la fuerza, aún cuando en el intento se lleve por delante nuestro ordenamiento jurídico o la sagrada paz social?  ANADEGAS debe encontrar otra forma de convencer a las autoridades de que corrija las distorsiones e inequidades que, a su juicio,  predominan en el mercado de los combustibles, abandonando el camino de las presiones y el chantaje que los transportistas han puesto, desgraciadamente, tan  de moda en este país digno de mejor suerte.

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