Solo para envidiosos.- A riesgo de que se me confunda con los envidiosos que no se cansan de criticar, resentidos por su buena fortuna, al senador por San Juan de la Maguana Félix Bautista, el dedo malo, en materia de corrupción, de este gobierno, me atrevo a sugerirle desde aquí que atienda el buen consejo que le ha dado  su colega y compañero de partido Luis René Canaan, senador por la provincia Hermanas Mirabal, quien ayer le pidió que, en atención “a la transparencia que le caracteriza” (¿estaremos hablando de la misma persona?) ofrezca al país las explicaciones de lugar en torno a los cuestionados contratos de sus empresas con el gobierno de Haití.

Y aunque al hacer su sugerencia Canaán no descartó que se quiera dar un uso político al tema debido a la  campaña electoral, considera que mientras más rápido se aclare todo ese asunto mucho mejor.  Claro está, Félix Bautista está en completa libertad de desoír a su colega, sobre todo si cree que puede parapetarse tras un alegato  tan gastado como el de la politización,  inaceptable para todo aquel que haya tenido la oportunidad de informarse de los pormenores de esos contratos, pero su resistencia a dar explicaciones puede resultar incriminatoria  ¿Tan difícil es para Bautista, así sea para taparle la boca a los envidiosos, explicar no solo la naturaleza de esos contratos, apenas un episodio en su meteórica carrera de contratista internacional,   sino también las razones detrás de su sorprendente éxito empresarial?

El oficialismo  cometería un grave error si  minimiza la magnitud de los escándalos en los que está envuelto el  legislador,  su impacto en el electorado (la gente en la calle nada mas habla de eso) y, por vía de consecuencia, en sus posibilidades de retener el poder el próximo 20 de mayo.