Qué se dice

Qué se dice

Justificar lo injustificable.-  Me cuesta  creer que el actual jefe de la Autoridad Metropolitana del Transporte (Amet), el general José Aníbal Sanz Jiminián, pretendiera  justificar el excesivo uso de la fuerza del agente de la institución que disparó por la espalda a un motorista que   momentos antes habría despojado de su  cartera a una mujer, pero que otras versiones atribuyen a una confusión dado que la víctima del robo nunca tuvo la oportunidad de verle la cara al motorizado ladrón, por lo que no estaba en capacidad de identificarlo adecuadamente como no lo estaba tampoco quien le disparó sin tomarse la molestia de verificar su identidad. Justificar esa acción sin que todavía se haya establecido, mediante una investigación imparcial e independiente como la que le corresponde realizar en este caso  al Ministerio Público, lo que realmente sucedió, me parece la peor señal que su jefatura puede enviar a los agentes de Amet en momentos en que son seriamente cuestionados sus métodos para hacer respetar  la ley de tránsito, reiteradamente denunciados como  violatorios de los derechos de los ciudadanos.

La consuetudinaria práctica policial de disparar primero y averiguar después con la excusa de que se trata de  delincuentes a los que se persigue, tan impropia de un verdadero estado de derecho como responsable de lamentables y trágicos errores como pudiera ser el caso que nos ocupa, no debe  ser imitada  por Amet   pues entonces sí es verdad que nos jodimos, ya que los ciudadanos  tendrán que incorporar los chalecos antibalas a los utensilios imprescindibles para salir a jugarse la vida a  la peligrosa selva en que se han convertido nuestras calles. Y que perdonen mis lectores si, por querer expresarme con la mayor claridad posible,  incurrí  en alguna grosería.

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