Marcando distancia.- Gente que conoce su trayectoria profesional y su prestigio académico se preguntó, una vez concluida la ya famosa rueda de prensa en la que se denunció la supuesta trama de Pepe Goico contra el gobierno de Michelle Martelly, qué hacía ahí el embajador dominicano en Haití, el sociólogo Rubén Silié, sorprendida de verlo como figurante en un sainete de tan mal gusto.

Ahora sabemos, gracias a una carta aclaratoria que el diplomático remitió a los medios de comunicación, que se encontraba allí de manera “circunstancial”, y que no es “co-autor”, ni cosa que se le parezca, de  esa denuncia, pues debido a su condición de diplomático –recordó– no puede hacer denuncias ni calificar acciones políticas. Claro, todo eso en un exquisito tono diplomático en el que cada palabra parece sopesada y medida en toda su resonancia y valor semántico, con el que además   resaltó los logros de la diplomacia dominicana en Haití, el proceso de acercamiento que se ha producido entre ambos países, que pide no echar a perder por culpa de la politiquería y la campaña electoral.

Ha sido,  aunque parezca una exageración, una carta valiente, pues con ella se desmarca de una acción que deberá figurar en los anales  de los despropósitos que perpetran nuestros políticos cuando, desde  el poder, se creen que lo pueden todo, incluido atropellar la inteligencia y el sentido común de la gente.

Ojalá que la oportuna, necesaria y pertinente aclaración del doctor Silié no lo indisponga con sus superiores, pero independientemente de lo que ocurra con su carrera diplomática de ahora en adelante la moraleja, en su caso particular, parece estar bastante clara, y resultaría una imprudencia de su parte no ponerle atención: el que juega con políticos, tarde o temprano se quema.