Qué se dice

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Esperar desespera .-  Mientras en España avanzan las pesquisas judiciales en torno al alijo de 1,200 kilos de cocaína de gran pureza procedente de República Dominicana, por el que guarda prisión el empresario español  Arturo del Tiempo Marqués, propietario de la famosa torre Atiemar, aquí no conocemos ni  siquiera los nombres de los adquirientes de apartamentos en el lujoso edificio. Y lo peor del caso es que todo indica que habrá que seguir esperando un buen tiempo todavía, quizás hasta que el proceso que se le sigue en la Madre Patria a del Tiempo Marqués, actualmente en la fase secreta de instrucción en un tribunal de Barcelona, concluya con una condena o una absolución del imputado.

Por supuesto, el morbo público no será el único que tendrá que seguir con la cara larga esperando un desenlace, pues los propios adquirientes tendrán que armarse de paciencia hasta  poder entrar en posesión de su costosa propiedad, siempre y cuando, desde luego, puedan demostrar el origen lícito de los recursos con los que los aquirieron, y ni hablar del Banco de Reservas, que financió gran parte de la obra. No hay que ser un experto en nada para saber que todo el tiempo que esa valiosa propiedad permanece cerrada se traduce en dinero perdido tanto para los adquirientes como para la institución que  la financió, pérdida  directamente proporcional a la cantidad de tiempo que transcurra hasta que el conflicto se resuelva en los tribunales y se sepa qué pasará finalmente con el hermoso edificio y sus propietarios.

Mientras tanto ya hay gente que empieza a dar señales de desesperación, lo que obligó a la Fiscalía del Distrito Nacional  a  “congelar”  la compañía Prado Universal Corp., constructora y propietaria de la torre, para evitar que  maniobras de algunos de sus accionistas impidan su eventual decomiso, y teniendo en cuenta  todo lo que está en juego bien harían las autoridades en mantener los ojos y los oídos bien abiertos pues las maniobras continuarán.

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