QUÉ SE DICE

QUÉ SE DICE

CLAUDIO ACOSTA
c.acosta@hoy.com.do 
Monumento a la indolencia. Si fuésemos a levantar un monumento a la  incapacidad de  nuestros gobiernos de cumplir responsabilidades tan fundamentales frente a sus gobernados como lo son garantizarles alimentación, educación y un adecuado servicio de salud no habría que perder mucho tiempo buscando el lugar propicio: el anexo de la Maternidad San Lorenzo de Los Mina, en “construcción” desde 1996, cuando lo inició la primera administración del  doctor Leonel Fernández Reyna y el PLD, hasta el sol de hoy, cuando  el gobierno realiza esfuerzos (el secretario de Salud Pública, el doctor Bautistas Rojas Gómez, ha prometido  entregarlo listo para ser inaugurado “a más tardar” el próximo 22 de agosto) por concluir una obra  que ha pasado por las manos de tres administraciones distintas. ¿Qué ocurre mientras tanto?

Que hay que acostar dos parturientas en una misma cama, que mujeres y niños están prácticamente unos encima de otros por la falta de espacio, mientras en el entorno impera el hacinamiento  y las  ratas y otras alimañas se pasean a sus anchas en un ambiente ideal para su supervivencia y reproducción.

El director de la Maternidad, el doctor Gregorio Rivas, dice que el problema es que el dinero llega a cuenta gotas  (“se compra una puerta y falta una cerradura y así sucesivamente”) y, a ese ritmo, va a pasar mucho tiempo antes de que concluyan definitivamente los trabajos, a cargo de la Oficina Supervisora de Obras del Estado que dirige el ingeniero Félix Bautista.

Y pensar que en la recién concluída campaña electoral,  probablemente la más costosa de nuestra corta vida democrática, nuestros políticos gastaron miles de millones de pesos en convencer a los electores, y lo mismo sucedió en el 2004 y, ya antes, en las elecciones del 2000,  y sin embargo el anexo de la maternidad  de los Mina sigue a medio talle. Es tan solo un ejemplo, entre tantos que abundan por ahí (el que quiera tropezarse con una escuela cayéndose a pedazos no tiene ni siquiera que salir del área metropolitana), como vivo testimonio de lo  mal que nos han quedado  los políticos. ¿Hasta cuándo vamos a seguir permitiéndoselo?

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