Qué se dice

Qué se dice

Unos lo citan como coartada y otros como pretexto, pero todos, absolutamente, invocan su nombre como si su sola mención bastara para colocarlos por encima de nuestras leyes, siendo ellos -como funcionarios y servidores públicos- los más llamados a respetar sus mandatos. Sucedió cuando se le reclamó a la secretaría de Obras Públicas que el dragado que realizaba en Boca Chica, supuestamente para «rescatar» esa deteriorada playa, no contaba con el permiso de la secretaría de Medio Ambiente, la única facultada por ley para autorizar esos trabajos, que se pretendía santificar alegando que contaban con la aprobación del presidente Mejía. Ahora es Bienvenido Brito, el administrador general de Bienes Nacionales, quien alega que la venta o arrendamiento (eso no está muy claro todavía) de unos terrenos pertenecientes al Parque Mirador Sur, un área protegida por ley, recibió la bendición del mandatario. Culpas del célebre artículo 55 son, pensarán algunos, pero también -habría que agregar- de la nueva doctrina en boga en el Palacio Nacional: la macromacana.

[b]Matemáticamente hablando[/b]

Es cierto. Matemáticamente hablando, no existen muchas posibilidades de que la coalición que han formado doña Milagros Ortiz Bosch, Fello Suberví Bonilla y Enmanuel Esquea Guerrero pierdan la convención del próximo día catorce. Así lo confirma, con matemática contundencia, una encuesta facilitada por el doctor Suberví Bonilla a algunos medios de comunicación, y así lo garantiza el acuerdo de sumatoria de votos suscrito por los tres precandidatos, convencidos de que su unidad proveerá la fuerza necesaria para derrotar al presidente Mejía. Pero igualmente convencido se muestra Eligio Jáquez, en posesión de sus propios numeritos, quien asegura que el mandatario no puede perder, bajo ninguna circunstancia, la convención del domingo. El problema es que solo puede haber un ganador, uno solo, de lo que se desprende que alguien no está sumando bien o no está incluyendo todos los factores en la suma. Nunca olviden que, en las convenciones perredeístas, dos y dos no siempre han sumado cuatro.

[b]Dignidad revolucionaria[/b]

En aquellos duros y terribles años, su nombre adquirió dimensiones de leyenda. Fino zapatero, cantante y boxeador, pero sobre todo revolucionario de raza, Jorge Puello Soriano, El Men, no precisa de cartas credenciales, como tampoco necesita mostrar las heridas de guerra sufridas durante sus largos años de persecución y encierro. Pero los luchadores revolucionarios, es bien sabido, no suelen ser acreedores de una pensión del Estado, ni siquiera para acallar los tantos desmanes perpetrados en nombre del sagrado orden público, por lo que El Men sigue siendo ese hombre humilde, íntegro, que vive tan solo del producto de sus incansables manos de zapatero remendón. La Junta de Vecinos La Trinitaria, de Villa Francisca, ha organizado un torneo de dominó navideño en su honor, un modesto pero significativo homenaje a un hombre que no tiene riquezas materiales de qué vanagloriarse, como tantos que alguna vez fueron sus «compañeros de lucha», pero que nunca necesitó ponerle un solo remiendo a su dignidad.

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