El cruzado.- Como parte de su cruzada mundial —así la llama la nota distribuida por la Dirección de Prensa de la Presidencia— contra la especulación en los precios de los alimentos y el petróleo en los mercados internacionales, el presidente Leonel Fernández remitió una carta a su santidad Benedicto XVI en la que le expresa su apoyo a su denuncia de que las transacciones financieras, basadas en actitudes egoístas, están provocando pobreza y hambruna en el mundo.
Las palabras del Sumo Pontífice fueron pronunciadas durante una conferencia en el Fondo para la Agricultura y la Alimentación (FAO), donde también abogó porque se impongan regulaciones en los mercados de materias primas a fin de garantizar el derecho a la vida. ¿Cómo podemos ignorar el hecho de que los alimentos se han convertido en objeto de especulación o están conectados a movimientos de meracdo carentes de normas claras y principios morales?, se preguntó. Conocidas son ya las preocupaciones del mandatario por el tema, que ha tenido la oportunidad de exponer en los foros internacionales, por lo que resulta comprensible que quiera aprovechar la oportunidad de sumar a su cruzada mundial a un aliado de tanto prestigio e influencia. Es de lamentar, sin embargo, que el presidente Fernández haya puesto en evidencia, una vez mas, que sus afanes, preocupaciones e intereses siguen estando demasiado alejados de la realidad del país que le ha tocado gobernar, a pesar de que por aquí estamos necesitando, y con urgencia, que toda esa creatividad, energía y buena disposición las emplee en una causa más productiva y próxima, como lo sería encabezar una cruzada nacional contra la pobreza, la corrupción, la eterna crisis eléctrica, nuestros vergonzosos rezagos en materia de educación y un largo etcétera de problemas todavía pendientes de ser resueltos por culpa de la indolencia infinita de todos los gobiernos.