Qué se dice

Qué se dice

Por supuesto que el problema de Haití no tiene porqué ser nuestro, que corresponde a la comunidad internacional, sobre todo a Francia, Estados Unidos y Canadá, sus grandes «amigos», cargar con el mayor peso en cualquier esfuerzo que se realice para encontrar una solución al terrible drama que desgarra a nuestros vecinos. Pero es obvio que tampoco es posible mirar para otro lado, hacernos los desentendidos con lo que ocurre más allá del río Masacre, como hemos venido haciendo, con todas sus negativas consecuencias, en los últimos 150 años. Ha sido esa incapacidad para comprender la singular naturaleza de nuestras relaciones lo que explica porqué, a estas alturas, no estamos ni siquiera en capacidad de servir de mediadores en un conflicto que terminará, necesariamente, tocando nuestras puertas, como lo demuestran las veladas peticiones que ya empiezan a llegar para que acojamos, en calidad de refugiados, a quienes huyen del caos que gobierna al otro lado de la frontera.

[b]El que parte y reparte[/b]

Los esforzados regidores del ayuntamiento de Santo Domingo Oeste acaban de probarnos, una vez mas, porqué sigue siendo rigurosamente cierto aquello de que quien parte y reparte se lleva, casi siempre, la mejor parte. A partir del próximo mes de marzo cada uno de los 16 regidores cobrará 45 mil pesos al mes, un aumento de diez mil pesos en sus salarios, luego de que el pasado miércoles aprobaran el presupuesto que regirá para el 2004, ascendente a RD$290 millones. Gracias a ese oportuno, y sin duda merecido aumento, los ediles ganarán cinco mil pesos mas que sus homólogos del ayuntamiento del Distrito Nacional, que sigue siendo, hasta prueba en contrario, el más antiguo del Nuevo Mundo. Pero nadie debe sorprenderse si, cualquier día de estos, nos enteramos de que los orgullosos ediles capitaleños enmendaron esa irritante inequidad, gracias al expedito recurso de aumentarse a sí mismos sus sueldos. ¡Así sí es bueno!

[b]Los trapitos de Renove[/b]

En lo que la comisión designada por el procurador Víctor Céspedes Martínez determina, por sus propios medios, hasta dónde son ciertas las irregularidades detectadas en el Plan Renove por una auditoría de la Contraloría General de la República, los sindicalistas Juan Hubieres y Antonio Marte protagonizan en la Justicia una penosa confrontación que tendrá, por lo menos, la virtud de mostrarnos la forma alegre e irresponsable como se repartió una piñata que costará al contribuyente miles de millones de pesos. Hubieres y Marte se acusan mutuamente de haber recibido, de manera irregular, cientos de vehículos de ese cuestionado plan, y para probarlo están dispuestos a sacar todos los trapos sucios que dicen tener el uno contra el otro. Será una excelente manera de poner al descubierto lo que otros, ingenuamente, tratan de ocultar, olvidando que un expediente de ese tamaño tarde o temprano llegará a donde tiene que llegar.

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