Qué se dice

Qué se dice

La expresión, una de las muletillas a las que recurre, cuando se siente acorralado por las impertinencias de los periodistas, el doctor Víctor Céspedes Martínez, vendría como anillo al dedo a los asiáticos Chen Ggow Chai y Ng Choon Seng, favorecidos con una orden de libertad provisional bajo fianza por la Suprema Corte de Justicia, sino resultara también de una crueldad infinita. Y más aún cuando basta una simple firma del Procurador General de la República para que esos ciudadanos, acusados junto al diputado Radhamés Ramos García de tráfico de ilegales a través de la frontera con Haití, recuperen su libertad. Nadie espera que esos reclusos tengan la suerte, porque sería pedir demasiado, de Stalin Lebrón o de cualquiera de los más de 400 que se piensa indultar el próximo 27 de febrero, pero cumplidos los trámites de la fianza que se les impuso lo menos que podía hacerse era ponerlos en libertad de inmediato. A menos, claro está, que el máximo representante del Ministerio Público opine otra cosa.

[b]Sentimentalismos[/b]

Hay que decir, a riesgo de incurrir en desfasados sentimentalismos, que nunca como ahora se había sentido tanto la ausencia del doctor José Francisco Peña Gómez, a propósito de la dolida queja de doña Milagros Ortíz Bosch por la forma unilateral en que el PPH impuso las nuevas estructuras dirigenciales en el PRD, al margen de la «proporcionalidad» que permitió al gran líder ausente apaciguar los enconos que han producido, desde siempre, los encontronazos que generan los beligerantes liderazgos que confluyen en el perredeísmo. Esa autoridad moral para repartir, con extraordinario sentido de la equidad, lo que corresponde a cada quien, vencidos y vencedores, es lo que se ha perdido para siempre. Decirlo ahora, consumada la división que tanto temió en vida el doctor Peña Gómez, solo servirá para agrandar el vacío que ha dejado entre aquellos que todavía respetan su memoria, a pesar de que, en el PRD de estos nuevos tiempos, creer en principios parezca haber pasado de moda.

[b]El homenaje[/b]

Hay que suponer que los reformistas, que no suelen tener muchos miramientos cuando de regalos se trata, no se dieron cuenta de lo que realmente recibían, a través del Congreso Nacional, del Gobierno, sin duda deslumbrados por el honor que supone que el flamante aeropuerto internacional El Higuero, a inaugurarse próximamente, lleve el nombre del extinto líder del PRSC. Pero tarde o temprano empezarán a darse cuenta de que algo no anda bien en ese pretendido homenaje, sobre todo después de haber leído en los periódicos que las empresas reaseguradoras internacionales se niegan a proteger a las compañías que operen en esa terminal, debido al riesgo que representa la existencia de una gran cantidad de aves en la zona. Rodeado de grandes controversias desde que se empezó a construir, en el gobierno pasado, El Higuero corre el riesgo, según algunos especialistas, de no poder ser utilizado nunca para ofrecer los servicios para los que fue originalmente diseñado, a pesar de haberse invertido en su construcción casi mil millones de pesos y alrededor de 30 millones de dólares. ¡Qué desperdicio!

Publicaciones Relacionadas

Más leídas