Impostura.- Como no pudieron imponer al presidente Leonel Fernández porque lo prohíbe la Constitución, sectores reeleccionistas pretenden ahora que quien se perfila como eventual candidato presidencial del PLD, Danilo Medina, adopte una estrategia electoral a tono con sus expectativas de seguir guisando, como si Medina, además de prudente y calculador, fuera también pendejo.
Mal haría el dirigente peledeísta, fuera del gobierno desde hace tiempo y sus seguidores perseguidos y marginados, en asumir un discurso gobiernista sin tener velas en ese entierro, además de que está obligado, para evitar cargar pesado con los errores atribuíbles al gobierno, a poner distancia enarbolando un discurso diferenciador, pues las buenas obras están ahí y se venden prácticamente solas. Lo demás son ganas de joder, precisamente lo que tratan de hacer, por mala fe o mezquindad política (o ambas penas a la vez), los seguidores del presidente Fernández que quisieran que Medina se ponga un traje que ni le queda bien ni le conviene.
Mediación fallida- El eterno coordinador del inacabable Diálogo Nacional, Monseñor Agripino Núñez Collado, le sacó el cuerpo a la solicitud de los sindicatos de que se integre, para que aporte su experiencia como componedor de garatas y desavenencias, a las empantanadas discusiones sobre el aumento salarial. Monseñor dijo que por el momento prefiere mantenerse al margen de esas discusiones, aunque expresó su confianza de que las diligencias encaminadas en ese sentido por el ministro de Trabajo, Max Puig, darán resultados. Las declaraciones de Núñez Collado se producen justo cuando los sindicatos dicen sentirse burlados por los empresarios y hablan de la posibilidad de convocar a una huelga general. ¿Se habrá dado cuenta, con su fino olfato y dilatada experiencia, de que las diferencias entre las partes hacen imposible cualquier mediación?