De cárceles y coincidencias.- Como si se tratara del famoso efecto dominó, o de una extraña coincidencia, se han producido con apenas días de diferencia incidentes violentos en varias de nuestras cárceles, el último de ellos el pasado domingo en la cárcel de El Seibo, donde nueve reos resultaron heridos en un pleito a palos y cuchillos. La coincidencia llama más la atención porque ocurre luego de que la muerte del convicto por narcotráfico Rolando Florián Féliz pusiera en evidencia los privilegios existentes en algunos recintos, pero que también suscitó un debate público que ha tenido la virtud de reactualizar el problema que representan las infames condiciones en que opera nuestro sistema penitenciario, en el que conviven, literalmente unos sobre otros, 15,000 reclusos, debate al que el jefe de la Policía, el mayor general Rafael Guillermo Guzmán Fermín, puso el toque dramático al advertir sobre la peligrosa bomba de tiempo que constituye ese hacinamiento. Quien escribe, que no cree en coincidencias, prefiere interpretar los incidentes que se produjeron casi de manera simultánea y en lugares tan distantes como Moca, Santo Domingo y El Seibo como una señal de que esa bomba está a punto de hacer explosión y no atribuirlo al calor infernal de estos días. ¿Y usted?
¿Imprevisión?.- Cuesta creer que nuestras autoridades estuviesen confiadas en que el virus AH1NI no afectaría al país y su población, que se quedaría circulando por ahí sin hacer daño. ¿Cómo explicar que a estas alturas, con once casos confirmados y todo lo que se ha cantaleteado durante las últimas semanas sobre la pandemia, se estén confrontando problemas de abastecimiento y distribución del tamiflú, el antiviral recomendado para contrarrestarla, que aún no está disponible en hospitales, clínicas y mucho menos en las farmacias, al alcance de una ciudadanía que en cualquier momento puede estarlo necesitando con extrema urgencia?