Qué se dice

Qué se dice

Democracia envilecida.-  Si hay algo que puede decirse caracterizó  las elecciones congresionales  y municipales recién pasadas, además de la previsible y tradicional abstención, que en esta ocasión alcanzó el 42% según  el doctor Roberto Rosario Márquez, fue la compra y venta de cédulas de identidad y electoral, responsable también de la mayoría de los pleitos y enfrentamientos entre militantes que degeneraron en la muerte de al menos cuatro personas en distintos puntos del país.

Fue algo que pudieron comprobar reporteros y observadores nacionales e internacionales, mas que nada porque ni de parte de quienes compraban el documento ni de quienes lo ofertaban al mejor postor   hubo muchos  esfuerzos por ocultar o disimular  las transacciones, en algunos lugares a precios tan  irrisorios  como 100 pesos o una simple lata de leche. Tan notoria, abierta y desfachatada fue la compraventa de cédulas, con frecuencia en las mismas filas de votación en los colegios electorales, que el director de Cooperación Electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) y miembro de la misión de observadores que se encuentra en el país auscultando el proceso, exhortó a las autoridades dominicanas a no dejar impunes las numerosas denuncias, tanto de parte de perredeístas  como de peledeístas, sobre la compra de cédulas.

Por supuesto, eso es más fácil decirlo que hacerlo, sobre todo en una democracia  secuestrada  por la clase política, pero algo hay que hacer para evitar que se repita el vergonzante y bochornoso espectáculo que ha puesto al desnudo, de manera tan grosera, el envilecimiento de los principales partidos políticos dominicanos.

Publicaciones Relacionadas