En salmuera.- No bien se ha recuperado de la conmoción provocada por la derrota, cuando ya atormentan los oídos de José Enrique Sued las declaraciones del electo alcalde de Santiago, Gilberto Serulle, de que solicitará a la Cámara de Cuentas una auditoría a su gestión, aclarando de paso que si bien no va al cabildo a perseguir a nadie sino a trabajar el peso de la ley debe caer sobre aquellos culpables de corrupción.
Harto conocidas son de los santiagueros, gracias en gran medida a un libro de reciente publicación del acucioso periodista Esteban Rosario, los manejos irregulares que se la atribuyen al saliente alcalde, tanto así que hay mucha gente convencida de que la exposición pública de todos esos manejos contribuyó decisivamente a su derrota. Pero no hay porqué adelantarse a los acontemimientos, y dejar que sean José Enrique Sued y sus colaboradores, en salmuera desde que se produjo el anuncio de Serulle, los que se preocupen por los macos que encontrará en su auditoría la Cámara de Cuentas.
Los pequeños sí pueden – Entre las grandes sorpresas de las recién pasadas elecciones está el excelente desempeño de la UDC, el partido del inquieto Luis –El Gallo– Moreta, que no solo ganó la sindicatura del municipio de Cabral, en Barahona, sino que emergió como la segunda fuerza política en Higuey, además de lograr buen posicionamiento en otros importantes municipios del país donde se atrevió a ir solo.
Ese éxito encierra una importante lección para el resto de partidos minoritarios, que han preferido alianzas parasitarias o de conveniencia con los grandes en lugar de desarrollar estrategias de crecimiento inteligentes y creativas, además de postular –como la UDC– candidatos verdaderamente sintonizados con los intereses y necesidades de sus comunidades, sin colas que les pisen y con probada vocación de servicio.