Agua al vino-. Como en tiempos de zafra electoral todo adquiere una connotación política, que nadie dude que los vínculos oficiales con el narcotraficante José David Figueroa Agosto, preso en Puerto Rico, que están saliendo a relucir en el juicio que se le sigue a Sobeida Félix Morel y compartes tendrá repercusiones electorales.
Tal vez sea esa la razón detrás de las maniobras del Ministerio Público para evitar que, en medio del proceso, se conozcan los nombres de los altos oficiales militares y policiales o los funcionarios que le ofrecieron su colaboración a cambio, desde luego, de excelentes comisiones. ¿Quién facilitaba las placas oficiales que exhibían las yipetas de Figueroa? ¿El mismo que le consiguió varios carnés del DNI perfectamente consciente de su verdadera identidad? Por más gárgaras que haga el fiscal Alejandro Moscoso para justificar la negativa del Ministerio Público a que se conozcan esas complicidades, tendrá que emplearse a fondo para convencer a la opinión pública de que su papel en ese juicio no es evitar a toda costa que el gobierno al que sirve salga malamente embarrado.
SOS en el AILA.- Si las cosas siguen como van habrá que poner un letrero bien visible, en todos los idiomas conocidos, advirtiendo a los viajeros que llegan a través del aeropuerto internacional de Las Américas que mantengan los ojos bien abiertos y que reporten cualquier situación que les parezca sospechosa, pues bandas de delincuentes que operan en la zona pueden convertirlos en víctimas de un asalto en plena autopista o al llegar a sus residencias. ¿Usted se imagina la desagradable sorpresa que se lleva el compatriota que regresa ilusionado a su país tras varios años de ausencia? ¿O lo que pensarán quienes visitan por primera vez este paraíso de sol y playas y el recibimiento que le damos es asaltarlo y despojarlo de sus pertenencias? Un país que vive del turismo no puede permitirse el lujo de que eso esté ocurriendo.