Qué se dice

Qué se dice

El encuentro.- Nada tiene de malo  que el Fiscal del Distrito Nacional,  Alejandro Moscoso Segarra, visite el Palacio Nacional y que allí se entreviste con el presidente Leonel Fernández para ponerlo al tanto de los pormenores de un proceso judicial de tanta trascendencia como el que se le sigue a Sobeida Félix Morel y compartes por sus vínculos con el narcotraficante preso en Puerto Rico José David Figueroa Agosto. Tampoco tendría nada de censurable que, en ese encuentro,  el funcionario recibiera instrucciones del jefe de Estado sobre hasta dónde llevar sus acciones (y omisiones)  en el caso, siendo el suyo un cargo político y el Ministerio Público una “dependencia” del Poder Ejecutivo, que designa a su representante a su mejor conveniencia. El doctor Moscoso Segarra ha negado  que visitara  la casa de gobierno en esas  diligencias, como especularon algunos diarios, y si él lo dice no nos queda más remedio que tomarle la palabra y creérselo. Yo, por lo menos, se lo creo a pie juntillas, pero insisto en que, dadas las circunstancias y todo lo que está en juego en ese proceso, ese encuentro hubiera sido la cosa más natural del mundo.

Cólera y pobreza.- Que nadie diga que es ahora, a propósito del brote de cólera que va camino de convertirse en epidemia, que está descubriendo la vergonzante pobreza en que se vive en La Ciénaga y barrios aledaños. La misma pobreza que agobia a tantos barrios en tantas provincias de este pobre y jodido país, bien se trate de El Cercado, en la lejana frontera,  San Pedro de Macorís, o en el Gran Santo Domingo, donde convive sin complejos con los grandes elevados, el Metro de Santo Domingo y las hermosas y elegantes torres que exhiben con arrogancia el esplendor del progreso. Con razón afirman médicos y epidemiólogos que el cólera llegó a la República Dominicana para quedarse, pues esa pobreza que hemos sido incapaces de enfrentar con eficacia es su mejor aliada.

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