Qué se dice

Qué se dice

Debido a que compartimos la opinión de nuestro entrañable vecino, el ocurrente Don Magino, quien dice estar convencido de que nuestros funcionarios, poco habituados a rendir cuentas a quien sirve, es decir «al noble y sufrido pueblo dominicano», solo hablan cuando los pellizcan, quisiéramos dedicar este pellizco en particular al subsecretario de Medio Ambiente René Ledesma, a quien en las últimas semanas no ha sido posible localizar «ni en los centros espiritistas», como se decía antes, para cuestionarle sobre la preocupante denuncia de que se está vertiendo basura en el río Yuna, o de aquella otra, mucho más grave todavía, que habla de una masiva tala de árboles de caoba y otras maderas preciosas, ante la mirada indiferente o cómplice de las autoridades responsables de impedir que esas barbaridades ocurran. Es cuanto.

[b]La primera piedra[/b]

El doctor Humberto Salazar, expulsado del Partido Reformista Social Cristiano por traicionar los principios del partido al respaldar públicamente a Leonel Fernández, puede tener razón: si el PRSC se dedica, en las presentes circunstancias, a expulsar gente por haber cometido «la debilidad» de pactar una alianza inconsulta con cualquier otra fuerza política se va a quedar sin nadie, sobre todo si otros dirigentes también pactaron con el PLD, aunque no tuvieran el valor de ponerlo por escrito, como asegura Quique Antún y confirma, para remate, el dirigente peledeísta Franklyn Almeyda. Eso quiere decir, simple y sencillamente, que en el menguado PRSC de estos tiempos muy pocos están en capacidad de arrojar esa primera y necesaria piedra. (Qué pena!

[b]Arrozmanía[/b]

La afirmación de un científico suizo, quien asegura que el arroz blanco no alimenta, ha provocado el casi indignado rechazo de amplios sectores de la población, que se han volcado a la radio, la televisión y el internet para asumir la defensa de tan preciado alimento. Esa reacción parece haber logrado que mucha gente se olvide, aunque solo sea por un momento, del inacabable tormento de los apagones, y ha demostrado, de paso, que el cereal está profundamente arraigado en nuestra cultura, al igual que alimentos tan nuestros como el vilipendiado molondrón o la insípida tallota, que si la cosa sigue como va habrá también que salirlos a defender de las calumnias alevosas de los científicos.

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