Qué se dice

Qué se dice

El presidente Mejía, como hombre atípico que es, lo dijo a su modo: los funcionarios que, en el desempeño de sus cargos, hayan incurrido en actos de corrupción, tendrán que «rascarse con sus propias uñas» en caso de que el nuevo gobierno decida llevar esos casos a los tribunales. Más o menos lo mismo opina el fiscal Máximo Aristy Caraballo, quien se mostró opuesto a que el PRD asuma la defensa de esos funcionarios, al igual que dirigentes del PPH tan representativos como Siquió Ng de la Rosa y el doctor William Jana, definitivamente convencidos de que toca a cada quien arreglar su mundo de la forma que mejor pueda. Eso quiere decir que, por lo menos en esa delicada materia, el consenso es amplio, lo que explicaría las diligencias que según el rumor público realiza gente muy necesitada de una sombra que le cobije, no importa si se trata del Senado de la República, la Cámara de Cuentas o la Suprema Corte de Justicia.

[b]Parquímetros[/b]

No podían llegar en peor momento. Mucho menos si, como pretende la empresa Parqueos Dominicanos, se quiere imponer a como dé lugar la instalación de parquímetros en la ciudad de Santo Domingo, a pesar de que ese proyecto fue paralizado por las actuales autoridades municipales, por no existir constancia en los archivos del cabildo de que ese contrato haya sido aprobado por la Sala Capitular. La empresa insiste, de todas maneras, en que los parquímetros serán instalados, para lo cual remitió a las autoridades una intimación, como la suelen llamar los abogados, en la que advierte que hará valer el contrato que supuestamente firmó con las pasadas autoridades, que encabezó el merenguero Jhonny Ventura. )Eso quiere decir que tendremos parquímetros a las buenas o a las malas? Habrá que preguntarle a Roberto Salcedo.

[b]Primicias municipales[/b]

Definitivamente, estamos avanzando. El ayuntamiento de Santo Domingo Este, con el síndico Domingo Batista a la cabeza, podría convertirse en pionero en materia de gestión municipal, si se materializa el proyecto que contempla la construcción de una unidad para la disposición final de los desechos biomédicos y una incineradora, a ejecutarse con fondos de la Comunidad Económica Europea. Esto permitirá al cabildo eliminar, sin riesgos para la salud humana, los desechos de los hospitales, así como los perros, gatos y caballos muertos en la vía pública, lo que sin duda le agradecerán sus munícipes. Más difícil será convencer a esos mismos munícipes, sobre todo a los que gustan de sacar a pasear sus perros, que deben salir con una fundita plástica en las manos para recoger la materia fecal que depositen en la vía pública, como se estila en las ciudades más modernas del mundo, donde el ciudadano tiene que pagar una multa por los «exabruptos» de sus queridas mascotas.

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