Qué se dice

Qué se dice

A sangre y fuego.- Así como puede decirse que en su rabieta contra Gustavo Montalvo el doctor Franklyn Almeyda sintetizó la filosofía –el comesolismo– de un  gobierno en el que solo tienen derecho a participar los peledeístas,  así también puede afirmarse  que la decisión del Comité Político de prohibir que los dirigentes de la organización diluciden en público sus discrepancias se corresponde con el accionar de un partido esencialmente  endogámico, cerrado sobre sí mismo, que ha sabido  armonizar las tensiones propias de una organización donde conviven las ambiciones e intereses  contrapuestos de sus miembros. Pero digámoslo en buen dominicano para que se entienda mejor: el PLD siempre ha sabido lavar sus trapos sucios en casa, en estricta intimidad familiar, evitando las garatas públicas que tanto daño le han hecho a otros partidos, cual ha sido el caso del hoy dividido y descalabrado PRD.  ¿Devolverá  las cosas a su lugar, a donde han estado siempre, el llamado a capítulo de su máximo organismo de dirección?  No hay razones para pensar que la autoridad del Comité Político no podrá mantener dentro de su cauce las agitadas aguas del peledeísmo, salidas de madre con las declaraciones públicas de Felucho Jiménez,  Franklyn Almeyda y más recientemente Carlos Amarante Baret, pues si hay algo que han aprendido los peledeístas durante su larga estancia en el poder –donde seguro querrán quedarse, como propone el expresidente Leonel Fernández, otros cuarenta años– es a saber lo que les conviene.  Ya lo dijo, con el énfasis apropiado a las circunstancias, Reinaldo Pared Pérez, secretario general y vocero del partido oficial, en un claro mensaje a los que están haciendo cerebro (y cálculos políticos) con  la división del PLD: la unidad se mantendrá a sangre y fuego.

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