Nuevos actores en escena.- Superada la inicial sorpresa provocada por el anuncio de la llegada al país de un equipo de prestigiosos abogados puertorriqueños para hacerse cargo, por cuenta de sus parientes, de la defensa del prófugo José David Figueroa Agosto, hay que reconocer que su entrada a escena le da un giro inesperado al caso, pero también lo torna mucho más interesante y dramático, a la altura de los personajes involucrados, algunos de ellos convertidos –como se dice ahora– en auténticas leyendas urbanas como ha sido el caso de la hermosa Sobeida Félix.
¿A qué vienen esos abogados? ¿A limpiar el nombre y la honra del fugitivo o a proteger sus cuantiosos bienes de la insaciable voracidad de la Unidad Antilavado de Activos de la Procuraduría? ¿Puede constituir abogados un hombre que está prófugo tanto aquí como en Puerto Rico? Mil y una preguntas pueden hacerse, y otras tantas especulaciones también, sobre la llegada de esos abogados y su influencia en el curso de los acontecimientos por venir, pues no olvidemos que estamos a tan solo días de que se cumpla el plazo del Ministerio Público para presentar cargos contra los involucrados en el caso.
Hasta ahora sus acusadores se han despachado a su gusto imputándole a Figueroa, que no está aquí para defenderse, los asesinatos de por lo menos cuatro personas supuestamente vinculadas a su red delictiva, pero eso puede cambiar radicalmente, y hasta reservarnos algunas sorpresas, pues si es verdad que fue el fugitivo quien hace algún tiempo llamó a la Z101, o en su defecto lo hizo uno de sus lugartenientes hablando –y amenazando– en su nombre, es legítimo deducir que la estrategia de sus defensores podría empezar por un ataque frontal –y no estoy hablando de bombas ni de balas– contra las autoridades que hoy le acusan y persiguen.