Capital es Capital.- Una de las conclusiones que se extrae del informe preliminar sobre los niveles de desarrollo humano presentado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que abarca las provincias Elías Piña, Dajabón, San Juan de la Maguana, Azua, San José de Ocoa, Peravia, Montecristi y Valverde, es que mientras mas lejos se vive del Gran Santo Domingo menos oportunidades tienen los ciudadanos. Claro, habrá quien argumente, poniendo como ejemplo la secular pobreza que predomina en la frontera a causa del secular abandono al que la han sometido los gobiernos, que para llegar a esa conclusión no hace falta llamar a los técnicos de las Naciones Unidas ni de ningún otro organismo internacional. Y es natural y lógico que así sea, pues gobierno tras gobierno, unos mas y otros menos, el grueso de las inversiones públicas se ha concentrado en la capital del país, como si el resto del territorio y sus habitantes no tuvieran derecho a disfrutar de buenas infraestructuras viales, servicios de electricidad y agua potable, empleos, escuelas y hospitales; en fin, todas esas cosas que mejoran la calidad de vida de las personas y las convierten en sujetos del mentado desarrollo. Revertir esa situación, convencer a los que gobiernan de que tienen que ser más equitativos a la hora de invertir los recursos públicos, no parece tarea fácil, sobre todo si se considera el ejemplo más a mano, el del PLD y el doctor Leonel Fernández Reyna, quien a pesar de enarbolar un discurso desarrollista y modernizante, y consciente como nadie por su formación intelectual y las informaciones que maneja de cuáles son nuestras principales carencias, prefiere el gasto de relumbrón, las inversiones en grandes y magníficas obras, razón por la cual escogió al Gran Santo Domingo, donde se concentra la mayor población electoral, para perpetuarse en la memoria colectiva de sus contemporáneos a través de sus realizaciones materiales. Y el resto del país que se joda..