Qué  se dice

Qué  se dice

Faltan  explicaciones.- El anuncio de la venta del 49% de las acciones de la Refinería Dominicana de Petróleo  a Venezuela ha caído, literalmente, como una bomba, y es evidente que las iniciales reacciones de rechazo  que se han producido en torno a esas negociaciones, sobre todo en el sector empresarial,  tienen que ver con el hecho de que el comprador es el volátil comandante Hugo Chávez Frías.

La beligerancia regional del presidente venezolano,  así como su posición frente a los Estados Unidos, nuestro principal aliado y socio comercial, explican el rechazo y la desconfianza que ha despertado la operación, sin dejar de mencionar sus implicaciones sobre nuestra soberanía y la vulnerabilidad en que colocaría el aparato productivo de la nación, que pasaría a depender  totalmente de Venezuela y Petrocaribe para el suministro de  petróleo.

Es obvio, así las cosas, que el gobierno tiene que hablar   con total claridad sobre esa operación y las condiciones en que se realizará, aunque hay que decir que la forma en que  se ha hecho el anuncio, en el marco de la clausura de la Sexta Cumbre de Jefes de Estado y Gobiernos del acuerdo de Petrocaribe que se celebró en Saint Kitts, no es  precisamente un indicador de la voluntad del gobierno de actuar con transparencia en un negocio de tanta envergadura y en el que están en juego tantas cosas.

 Atrapados- Alzas en la tarifa o más apagones. He ahí el dilema que plantea el Superintendente de Electricidad Francisco Méndez,    quien afirma  que si hay nuevos incrementos en los precios del petróleo  habrá que aumentar  la tarifa, pues las dificultades financieras del gobierno le impiden seguir absorbiendo esas alzas. Atrapados en ese dilema solo están, desde luego, quienes pagan por el servicio,  que ven  cómo se achica su presupuesto y se deteriora su calidad de vida sin que ningún político, dentro o fuera del gobierno, haga nada por impedirlo.

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