Qué se dice

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 Delincuentes bajo tierra.- Se quejaba en Santiago el jefe de la Policía Nacional, el mayor general José Armando Polanco Gómez, de que el sistema penitenciario dominicano es débil, pues no hemos sido capaces de construir cárceles  de máxima seguridad bajo tierra para encerrar allí (el verbo apropiado sería enterrar) a los delincuentes y criminales más peligrosos. Y acompañó ese lamento-queja, de su correspondiente justificación: “La seguridad colectiva de los dominicanos se logra con un buen sistema de justicia, una buena Policía y un buen sistema penitenciario, donde los delincuentes y sicarios, si no se portan  bien, y que son encerrados en la parte superior, entonces los mandamos a los sótanos, dos pisos bajo el nivel del suelo. Ahí es donde tienen que estar”. No es la primera vez, oportuno es señalarlo, que el jefe policial se expresa con tanta dureza sobre la delincuencia, pues tal parece que es su deseo y voluntad   que se le perciba como un oficial  de mano dura, implacable con los enemigos de la tranquilidad pública. Al pedir que los delincuentes más peligrosos sean encerrados bajo tierra no hay dudas de que se pasó un poquito, y hasta es probable que choque frontalmente  con una política oficial  que, a través del nuevo  modelo penitenciario, procura la humanización y dignificación de las condiciones de encierro de la población carcelaria dominicana, pues se entiende que muchos de eso reclusos pueden ser rehabilitados y devueltos a la sociedad como ciudadanos útiles  una vez hayan saldado su deuda con la justicia. Hay  que reconocer, sin embargo,  que el hombre es cien por ciento coherente, pues en pocas jefaturas  policiales se le ha dado p´bajo,  enviándolos  siete pies bajo tierra, a tantos delincuentes como  en la que le ha tocado presidir.

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