Ironías de la política.- Quién iba a decir que los reformistas se darían el lujo de reprocharle al PRD, piedra fundamental en la construcción de la democracia dominicana, que escogiera a su presidente al margen de los estatutos y de espaldas a la militancia, mal ejemplo que exhortan a sus compatriotas a no emular ni repetir. Así de revuelto está el circo político criollo desde que el presidente Leonel Fernández y el dirigente perredeísta Miguel Vargas Maldonado firmaron su controversial pacto.
Claro está, ese extraño comportamiento tiene sus explicaciones, pues mientras para Alexandra Izquierdo, Héctor Rodríguez Pimentel y Modesto Guzmán el respeto a la institucionalidad, la celebración de primarias para renovar la dirigencia representan la vía más expedita para salvar del naufragio lo poco que queda del PRSC, en el PRD la fuerza arrolladora del emergente liderazgo de Vargas Maldonado ha llevado a sus asesores a creer que el fin –la Presidencia de la República– justifica todos los medios empleados para alcanzar ese objetivo. Si los reformistas consiguen, por obra de algún milagro, hacer sus primarias, le estarían dando una lección de democracia interna al PRD y Vargas Maldonado, quien hasta ahora se ha comportado como el caudillo que atropella a conciencia los estatutos de la organización y consigue, sorprendentemente, el aplauso de sus seguidores.
¿Qué otras sorpresas nos reservarán nuestros políticos? (Esta columna fue escrita antes de que MVM anunciara la convocatoria de un plebiscito para que las bases perredeístas ratifiquen su presidencia y elijan en una convención los cargos pendientes, pero sigo considerando válidos los conceptos emitidos. A los políticos dominicanos hay que juzgarlos por sus hechos, no por sus palabras. Esperemos, pues, que los hechos hablen.)