Qué se dice

Qué se dice

Venecia tropical.-  Cada vez que llueve torrencialmente, como suele ocurrir en los trópicos,  pasa lo mismo: calles y avenidas se anegan, tornándose intransitables, y la ciudad de Santo Domingo colapsa, literalmente, bajo el empuje incontenible de las aguas que lo inundan todo. Cada vez que llueve torrencialmente, como suele ocurrir en esta isla colocada en el mismo trayecto del sol y de los bravíos huracanes, pegamos el grito al cielo a causa del caos que se genera en una ciudad que ha crecido completamente a lo loco, sin ninguna planificación y, por vía de consecuencia,  sin un adecuado y eficiente sistema de drenaje pluvial. Pero en un país donde los problemas crecen, crecen y crecen (como los espaguetis aquellos) sin que se les ponga la debida y oportuna atención hasta adquirir un tamaño y una dimensión absolutamente inmanejables, a nadie debería  sorprender que hayamos llegado a donde estamos, ni que en el horizonte inmediato no se vislumbren soluciones a un problema en el que habría que invertir todo el dinero del mundo y un poquito mas. Alfredo Pacheco, aspirante a la sindicatura del Distrito Nacional en las recién pasadas elecciones congresionales y municipales,  incluyó el drenaje pluvial entre sus ofertas de campaña, pero no pudo convencer a los electores. Roberto Salcedo, que obtuvo su segunda reelección consecutiva con un margen amplio, se cuidó de no hablar mucho del asunto, sea porque está consciente de que no está en capacidad de plantar cara a un problema que le queda demasiado grande a su presupuesto, o simplemente porque al igual que todos nosotros ya  se resignó a vivir en esta Venecia tropical caótica y disparatada, solo posible en el doliente e irredimible  Tercer Mundo en el que nos tocó nacer.

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