Así es muy difícil.- Si resulta imposible, por razones obvias, eliminar de un día para otro las condiciones de pobreza, hacinamiento y marginalidad en que malviven millones de dominicanos y dominicanas, condiciones ideales para la propagación del cólera (el ministro de Salud Pública, Bautista Rojas Gómez, advirtió ayer que el virus permanecerá entre nosotros por lo menos ocho largos años), no ocurre lo mismo con otros factores de riesgo como la venta de comida y otros alimentos en las calles sin la mas mínima higiene y sin ningún tipo de supervisión.
Cuando se hizo evidente que el cólera empezaba a golpear de este lado de la frontera las autoridades de Salud encaminaron acciones para regular esa situación, tan común y extendida que ya es parte de nuestra cultura y del arrabalizado paisaje de nuestros grandes centro urbanos, pero lamentablemente se dieron por vencidas –como quien dice– antes de empezar. Tal vez la culpa haya sido de la resistencia del Señor Ministro, por aquello de no dañar al turismo con alarmas innecesarias, a reconocer públicamente la magnitud del peligro al que se expone la población, y lo cierto es que hizo falta una intensa y extensa campaña de orientación y educación en los medios de comunicación que mantuviera a esa población en estado de alerta permanente. Por supuesto, todavía se está a tiempo de intensificar esfuerzos en esa dirección, empezando por llevar hasta el ánimo colectivo la idea de que derrotar el cólera, además de que tomará tiempo y la inversión de cuantiosos recursos, es una tarea que nos compete a todos.