Mal de todos.- De ninguna manera puede considerarse un consuelo para los santiagueros ser víctimas de un mal tan extendido, pero la aclaración de la fiscal de Santiago Yeni Berenice Reynoso sirve al menos para poner al día el ranking de nuestras ciudades más violentas y peligrosas, una información muy útil para todo aquel que tenga en buen aprecio su vida.
Según la funcionaria la Ciudad Corazón no es la que registra el mayor índice de muertes violentas como pudiera pensarse a raíz de los pronunciamientos de los últimos días de líderes empresariales, religiosos y comunitarios luego del atentado del que fue víctima el abogado y comentarista de televisión Jordi Veras, pues ese honor le corresponde a la provincia Santo Domingo, que registra un promedio de 40 muertes violentas al mes, según estadísticas de la Procuraduría General de la República. Luego sigue el Distrito Nacional, donde se reportan 23, y en tercer lugar Santiago, donde se han producido 14 homicidios en los últimos tres meses.
Valga la aclaración de la fiscal Reynoso, si esa era su preocupación, pero que quede claro también que lo que esas estadísticas indican es que Santiago, al igual que la provincia Santo Domingo, el Distrito Nacional y en menor medida el resto del país enfrentan un grave problema de inseguridad pública a causa de la delincuencia y la violencia que trae aparejada, y que algo hay que hacer y hacerlo pronto. Y la mejor manera de empezar a enfrentar con seriedad y responsabilidad ese problema es reconociendo que lo que se ha hecho hasta ahora ha resultado un fiasco, que Barrio Seguro se ha quedado corto (un reciente informe del PNUD señala que la presencia policial en los barrios constituye más un factor de inseguridad y miedo que de tranquilidad y confianza) en sus alcances y propósitos, y que matar delincuentes como quien mata moscas no ha resuelto el problema de una delincuencia que no nos deja paz ni sosiego a ninguna hora del día o la noche.