Qué se dice

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Apagones vs. Barrio Seguro
Los apagones, que han vuelto a castigar severamente a la población tras la breve tregua navideña, podrían convertirse en un obstáculo insalvable de cara al esfuerzo de las autoridades por reproducir en otros «barrios calientes» de la zona norte del Distrito Nacional la exitosa experiencia de Capotillo con el programa Barrio Seguro, pues la oscuridad es, desde el principio de los tiempos, la mejor aliada del crimen y la delincuencia.

No se ha producido, hasta el momento, una explicación oficial sobre las causas del agravamiento del suministro energético, pero conocidas las exigencias del Fondo Monetario Internacional para que el gobierno elimine sus políticas de subsidios, sobre todo al deficitario sector eléctrico, es probable que los «barrios carenciados» –como bautizó la jerga privatizadora a nuestros barrios marginados de toda la vida– sufran en lo adelante el rigor de los apagones dado el altísimo porcentaje de su población que no paga por el servicio. Si es por ahí que anda la cosa estamos ante una situación difícil para un gobierno que, en materia de seguridad ciudadana, ha puesto todos sus huevos en la canasta de Barrio Seguro.

La epidemia sigue

  No bien habían transcurrido 48 horas del anuncio de la Policía Nacional dando cuenta del apresamiento y sometimiento a la justicia de 14 personas a las que acusa de ser las responsables del robo de varios camiones cargados de arroz, cuando se informó que cinco hombres vestidos como militares y portando armas largas asaltaron y se llevaron un camión cargado con diez mil galones de combustibles. Las autoridades policiales localizaron abandonado, horas después del asalto, el camión tanquero, al igual como encontraron, en la madrugada de ayer, otro camión abandonado en una comunidad de San Cristóbal, tras previamente ser asaltado y despojado de las 1,500 cajas de whiskey que llevaba. Es evidente, entonces, que la epidemia de robos de camiones cargados de mercancías continúa su agitado curso no obstante los esfuerzos de la Policía, obligada a emplearse a fondo si desea atajar una actividad criminal que se ha convertido en un costoso dolor de cabeza para el comercio y la industria nacionales.

Contrastes

  La inmediata reacción del gobierno aclarando que el presidente Leonel Fernández no dijo en Higuey, tal y como publicaron algunos periódicos, que los ayuntamientos son ineficientes, muestra hasta qué punto hay preocupción en las alturas oficiales por el ostensible deterioro del clima político nacional. La Dirección de Información, Prensa y Publicidad de la Presidencia sugiere en su aclaración que el mandatario fue sacado de contexto por los periodistas, tal y como ocurrió –según algunos comentaristas televisivos de morado plumaje– con las declaraciones sobre la «mayoría tiránica» del PRD en el Congreso Nacional, que han contribuído de manera notable al estado crítico en el que se encuentran las relaciones entre el Poder Ejecutivo y un sector mayoritario de los legisladores. Y pueden tener razón en Palacio, probablemente debido al tono académico conque el mandatario matiza muchas de sus intervenciones públicas, un problema que nunca enfrentó un Hipólito Mejía más llano y simplón, para quien tanto el sometimiento a la Justicia de Pepe Goico por su supuesta vinculación a Quirino Paulino Castillo como la propuesta de diálogo formulada por el presidente Fernández a la oposición le merecen la misma opinión, tan escueta como concluyente: un relajo.

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