El gen autoritario.- Como si no fuera suficientemente perturbador del clima electoral la enconada resistencia del presidente de la Junta Central Electoral, Roberto Rosario, a permitir que Participación Ciudadana desempeñe la labor de observación que ha realizado los últimos 18 años de vida democrática del país, ayer se destapó el senador peledeísta por la provincia Espaillat José Rafael Vargas amenazando al titular de ese organismo, Eddy Olivares, con someterlo a un juicio político en el Congreso Nacional debido a su comportamiento como miembro de la entidad.
¿Qué delito tan grave ha cometido para que se esté hablando de palabras mayores? Atreverse a ser la voz disidente de un organismo colegiado, de naturaleza esencialmente democrática, como lo es el pleno del tribunal de comicios. ¿Tan débil es la institución responsable de organizar las próximas elecciones que no resiste esa disidencia? ¿Tan frágil es la democracia dominicana? Si el doctor Olivares es pasible de un juicio político por denunciar, entre otras cosas, el engaño de la JCE al informar que había ratificado la resolución que aprobó el envío de los resultados a los medios cuando en realidad lo que se decidió fue dejarla sin efecto, ¿qué hacer entonces con Félix Bautista y las documentadas denuncias de corrupción en su contra?
¿Entregarle la Medalla al Mérito del Congreso? ¿Declararlo Ciudadano Impoluto de la Patria? ¿Acaso está girando el mundo al revés? Cuando uno escucha a un Senador de la República expresarse de esa manera tiene que convencerse, necesariamente, de que medio siglo de democracia no ha sido suficiente para desterrar el gen del autoritarismo de nuestra cultura política.