Qué se dice

<P>Qué se dice</P>

Omega en la picota. De entrada, una aclaración: Omega no es santo de mi devoción, no me gusta su música, y sinceramente creo que debe auxiliarse  de un especialista que lo ayude a manejar la ira y, sobre todo, los efectos  casi narcóticos  que la fama produce en algunas  personas.

Pero lo están convirtiendo en una víctima, pues la justicia dominicana, que pocas veces actúa con el espíritu  de cuerpo como cuando el merenguero de calle está sentado en el banquillo de los acusados, ha decidido utilizarlo de “ejemplo” dizque para disuadir a otros machos violentos de imitar un comportamiento que ha sido causa de tanto luto y dolor en  la sociedad dominicana. Repito: Omega, contra quien un juez acaba de dictar  orden de conducencia por no presentarse al tribunal que lo juzgará por violencia de género, no me cae bien ni me agrada su música, pero si la justicia dominicana tratara con la misma severidad a merengueros de calle y bachateros, auténticos representantes  de los estratos mas bajos de nuestra sociedad, que a empresarios glamorosos e influyentes pero igualmente violentos y abusadores, no solo fuera mas creíble en su propósito ejemplarizador sino también mas justa. Y que valga la redundancia.

Mente maestra. Si los peledeístas han llegado a creerse, como se dice, que ganan con cualquier candidato en el 2016, no es tan solo por la indiscutible fortaleza del Partido de la Liberación Dominicana  y todo el  poder  acumulado durante su largo reinado, un trabajo de  orfebrería política que tienen que agradecerle al expresidente  Leonel Fernández.

Anote ahí también la ausencia de una oposición política fuerte que sirva de contrapeso al gobierno, gracias a la vocación autodestructiva de los perredeístas y un poquito de ayuda de la misma mente maquiavélica que ha obrado para que el peledeísmo sea gobierno cuarenta años mas. ¿Recordará esa mente fría y calculadora que en política nadie sabe para quién trabaja?

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