¿Austeriqué?- Dada su formación, y quien sabe si hasta por experiencia propia, el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez sabe muy bien lo que significa predicar en el desierto. Porque es eso, precisamente, lo que han venido haciendo todas y cada una de las personalidades de la vida nacional –dirigentes empresariales, líderes políticos, sindicalistas, economistas independientes, representantes de organizaciones de la sociedad civil y un largo etcétera que sería prolijo enumerar– que desde hace tiempo le vienen sugiriendo al gobierno, y en algunos casos hasta exigiéndoselo, que sea mas austero en sus gastos, evidentemente sin ningún resultado positivo.
Esas voces han vuelvo a levantarse, vigorosas, para insistir en el mismo reclamo a propósito del paquetazo fiscal enviado sorpresivamente al Congreso Nacional la pasada semana, pero todo parece indicar que el presidente Leonel Fernández y su equipo de asesores seguirá pa´lante con sus planes sin escuchar consejos, sugerencias o recomendaciones, aunque provengan de una figura tan respetada como la del cardenal López Rodríguez, quien ayer sugirió al gobierno que en lugar de castigar a la población con nuevos impuestos se someta a un plan serio y riguroso de austeridad que reduzcas gastos institucionales innecesarios, pero sobre todo que ponga fin al dispendio alegre que exhiben algunos de sus funcionarios. Y es que, como hemos tenido la oportunidad de comprobar hasta el hartazgo a lo largo de las administraciones peledeístas, caracterizadas por el culto desmedido al boato, el lujo y la parejería (a lo que nada nos cuesta hagámosle fiesta…), la palabra austeridad ha sido desterrada definitivamente de su diccionario.