Dispersión de esfuerzos.- Si lo hubiera dicho el senador por la provincia Peravia Wilton Guerrero, cuyas críticas al pobre desempeño de las autoridades responsables de la persecución del narcotráfico se han hecho recurrentes, los aludidos podrían perfectamente seguir haciéndose los sordos o los desentendidos como hasta ahora, pero como se trata de Mabel Féliz, presidenta del Consejo Nacional de Drogas (CND) y una funcionaria que ha mostrado un perfil discreto y comedido, para nada proclive a polémicas o aspavientos mediáticos, esas críticas merecen ser escuchadas y debidamente ponderadas, mas que nada porque tocan un aspecto fundamental en cualquier estrategia de combate al flagelo que pretenda ser exitosa: la falta de coordinación entre las distintas agencias e instituciones, tanto en el aspecto preventivo como en el represivo, que luchan contra las drogas y el narcotráfico, situación agravada por la falta de recursos y el excesivo protagonismo de algunos directivos de agencias e instituciones que la funcionaria no quiso mencionar por sus nombres pero a los que basta abrir los periódicos para verlos.
Hace un tiempecito se habló, a propósito de la ya famosa Matanza de Paya y la conmoción social que provocó, de diseñar una estrategia común, una especie de plan maestro que serviría para integrar los esfuerzos dirigidos a enfrentar el narcotráfico y sus secuelas, pero como siempre ocurre en el país de los eternos aplazamientos esa iniciativa se quedó a medio camino, atascada entre la desidia y la falta de voluntad política de quienes gobiernan, y la mejor demostración de que eso es así lo constituye, precisamente, la queja pública de la presidenta del Consejo Nacional de Drogas, una queja que —insisto— nuestras autoridades no deberían darse el lujo de ignorar.