Presiones.- A muchos nos ha parecido censurable y hasta cierto punto abusivo que tanto la Iglesia Católica como las evangélicas estén ejerciendo presiones sobre los asambleístas para que estos dejen intacto, tal y como fue aprobado en primera lectura, el llevado y traído artículo 30 que consagra el derecho a la vida desde la concepción hasta la muerte, pero hay que reconocer que al menos esas presiones se han producido de cara al sol, de manera abierta y responsable, ya sea mediante marchas y piquetes frente al Congreso Nacional o desde los vengativos púlpitos donde se amenaza con no votar por los enemigos de la vida. La diputada peledeísta Minou Tavárez Mirabal aprovechó su participación en una mesa redonda sobre transparencia y gobernabilidad auspiciada por la Fundación Institucionalidad y Justicia para denunciar las presiones que reciben los asambleístas de sectores de poder, tanto dentro del gobierno como desde instituciones descentralizadas del Estado, para que los cambios que introduce la Asamblea Revisora a la Constitución se acomoden a sus intereses y necesidades o que simplemente las cosas se queden tal y como están. La lista citada por la legisladora es tan larga que da verguenza, pues ahí hay que meter a miembros de la Junta Central Electoral Electoral, de la Suprema Corte de Justicia, la Cámara de Cuentas, la Policía Nacional, el Banco Central, la Superintendencia de Bancos y hasta de una oficina interna del Congreso Nacional que se ocupa de darle seguimiento a la ejecución del Presupuesto Nacional, donde también se resisten, según Minou, a rendir cuentas de sus acciones. Así es muy difícil, para no decir imposible, construir la democracia sólida y fuerte a la que todos —por lo menos de la boca para fuera– aspiramos.