Qué se dice

Qué se dice

Reculando.-  Aunque en principio, como obedeciendo a un reflejo condicionado, el doctor Marino Vinicio Castillo pidió no satanizar a la doctora Sonya Uribe, ex consultora jurídica del Comité de Lavado de Activos  del Consejo Nacional de Drogas y quien admitió haber adquirido varias propiedades  a personas encartadas en el expediente de José Figueroa Agosto, la realidad de los hechos y  las informaciones recibidas parece que lo obligaron a cambiar de opinión. El asesor del Poder Ejecutivo en materia de narcotráfico calificó ayer de indefendibles las acciones de la funcionaria, a quien debió separarse  de su cargo –dice– para no causar problemas al proceso. Si así opina Vincho Castillo, a quien sus críticos acusan de únicamente  ver corrupción y narcotráfico en los gobiernos  del PRD, de ninguna manera se entiende que se haya actuado con tanta benevolencia en el caso de la funcionaria y mucho menos que se quiera minimizar sus acciones reduciéndolas a una infracción  ética, no obstante estas tienen la  inocultable característica, como bien señala el veterano jurista, del delito de prevaricación.

¿Qué pasó ahí?.-  “¡Esto no tiene madre”! El desconcierto, la sorpresa o quien sabe qué confuso sentimiento llevó al ex mayor de la Policía Frederik Abud Medina, quien cumple condena de  veinte años en Najayo por  asesinato, a describir  de esa manera el hecho insólito de que su custodia se olvidara de su existencia dejándolo abandonado en el Palacio de Justicia de Ciudad Nueva, a donde fue llevado como testigo del caso Paya, y que el propio reo tuviera que hacer diligencias para regresar a Najayo a donde llegó gracias a una “bola”. El episodio ha sido celebrado como otra dominicanada  reflejo fiel del desorden en el que nos hemos acostumbrado a vivir,  pero otros (y no pocos) ven en ese “olvido” la aviesa intención de aplicarle la “ley de fuga” que en otros tiempos se aplicaba a los presos muy “incómodos” . ¿Y usted qué cree?

Publicaciones Relacionadas

Más leídas