¿A la mala?- Fue una resolución del Concejo de Regidores del Ayuntamiento del Distrito Nacional la que prohibió que la Universidad del Caribe construya un puente peatonal en la avenida 30 de Mayo, por lo que no se trata de una acción caprichosa, antojadiza o personal del alcalde Roberto Salcedo, sino de una decisión institucional con un propósito muy concreto y definido: impedir que un espacio público con vocación turística como lo es el litoral sur de la capital, en el que el cabildo capitaleño y el ministerio de Obras Públicas invierten cuantiosos recursos en su recuperación y embellecimiento para disfrute de todos, sea utilizado como parqueo por una empresa privada. ¿Puede la Oficina Supervisora de Obras del Estado desconocer esa resolución y construir a la mala ese puente peatonal? Pregunto porque hace unos días leí que su director, el ingeniero Miguel Pimentel Kareh, reiteró la intención del gobierno de construirlo, en su interés –alega– de preservar vidas humanas. Tal vez se trate de una confusión o de un problema de comunicación, que ojalá alguien se ocupe de aclarar. Mientras tanto, hay que considerar ese anuncio como un grosero atropello al principio de autonomía municipal por parte del gobierno central.
Espectáculo vergonzoso .- La llamada Bolita del Mundo, en el Centro de los Héroes, ha sido por años una zona de tolerancia para la práctica de la prostitución a cielo abierto, a pesar de que la zona concentra las principales instituciones del Estado y, sobre todo, que la situación es del conocimiento de las autoridades responsables de impedir que eso ocurra. Una lectora de esta columna, que trabaja en la zona, se pregunta si la campaña del procurador Francisco Domínguez Brito contra la prostitución le pondrá fin al vergonzoso espectáculo que está obligada a presenciar todos los días. Dejo su interrogante en el aire, pero ojalá no se quede ahí.